Gran Peregrinaje -Wirikuta Febrero 2012 |
Cuentas de colores o piedras de hormiguero, tantas como granos de arena o de pinole se han juntado en la jícara para dibujar un anhelo.
Es que en el universo, el de verdad, la energía anda como nube de polvo, atontada, sin rumbo, sin tierra que le diga que sí.
Hasta que hay una respuesta y el sueño tiene tierra fértil.
Entonces se ve como una vela o un bastón en una jícara.
Como una ceiba, una pochota, un roble de trueno y rayo.
Hace una luna nos reunimos como las partículas de un anhelo, los hijos de la venada morena, los hijos de la venada clara, los hijos del antepasado abeja, los de la garza, hasta el granizo suave y ligero como copo de nieve y el granizo pesado y denso, las gotas de arcoiris, las cuentas que brotan del raweri y la canari.
Se removieron nuestras entrañas. El origen -haramara- nos alcanzó en la sierra. Los caminos de serpiente se ven ahora más luminosos y abiertos, y nuestros hermanos están listos para peregrinar esas rutas, entusiastas, reverdecidos por la lluvia anhelada, tan esperada, fuera de temporada, bañándonos en el momento justo a todos.
Ahora los árboles hacen el rezo de la lluvia luciendo sus nubes de algodón cargados de semilla original, hasta en los camellones de la ciudad. El carpintero canta y percute llenando los bosques de leyendas de maíz y animales muy antiguos. El tiempo se calienta para que aquellos que se han comprometido en el cerro del amanecer, allí en el abrazo del águila joven nuestra madre, puedan disfrutar del agua de mar que nutre su corazón y su intento.
El perfume de las flores baja de los árboles anunciando un ciclo de frutos con sabor a canto ancestral recién nacido.
Sabemos que tenemos ya lo que pedimos, sabemos que somos el anhelo y la respuesta. ¿Qué vamos a hacer ahora con tanta libertad?
Tus letras de serpiente se transforman en palabras, pensamientos y energía que serpentea dentro de todos aquellos, que a través de los ojos les entra esto, y los inunda de colores y de mil amores por la tierra, pues es que somos de la tierra.
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