No se debe confundir las razones legítimas de la lucha del
pueblo wixárika, esta es una lucha por la vida, por la lluvia, por cuidar el
Jardín Sagrado de donde depende su identidad como pueblo, su tejido social, su
salud, su cosecha, su existencia como pueblo y como humanidad, va mas allá de
las opciones del lenguaje oficial, más allá de todo concepto occidentalizado de
conservación, es por garantizar la vida para el mundo y seguir existiendo como
pueblo.
Las autoridades del pueblo wixárika han manifestado en
diferentes Foros, en documentos entregados ante distintas instancias del
gobierno federal y en documentos enviados a los habitantes campesinos de las
tierras sagradas de Wirikuta que su lucha es por cuidar este lugar a donde
desde tiempos inmemoriales peregrinan recreando los pasos de los mas primeros
que nacieron la vida, explicando que, al igual que los ejidatarios de Wirikuta,
el pueblo wixárika desea que se cuiden y preserven las fuentes de agua, que la
gente de ahí viva bien, con trabajos dignos, con una calidad de vida digna, que
no pretenden invadir o despojar las tierras que les pertenecen a quienes ahí
habitan, que es falsa la información que han dado por todos lados los
funcionarios de minera Real Bonanza, la presidencia municipal de Catorce y
otras instancias de gobierno acerca de que los “huicholes” pretenden quitar la
tierra a los habitantes de Wirikuta.
El pasado 20 de diciembre las autoridades del pueblo
Wixárika, recorrieron diversas localidades de Wirikuta encontrándose con los
campesinos habitantes del lugar sagrado, entablaron un diálogo honesto,
honrando la relación histórica de armonía que han construido y que en fechas
recientes la ambición neoliberal por los minerales pretendió descomponer a
través de su ingeniería del conflicto.