martes, 5 de abril de 2011

El canto del marakame


El marakame deshojaba un canto de madrugada, su muvieri recorría sobre el fuego, una red invisible de dialogo fecundo, de a poco nos incorporamos todos después de una noche difícil... descubrimos que don nicho lloraba copiosamente, acababa de hablar con tatei urianaka y le había dicho que no había permiso para la minera, que sobrevendrían graves desgracias para todos si se permitía...

El pensamiento mágico crea imágenes con sustento subjetivo, divaga, traduce lo invisible, como alimento de una manera de acercarse a la vida que no pretende ser rigurosa, ni precisa, ni sistémica,  por la vastedad, por la interconexión y  por la multidirección de las realidades que vislumbra, por humildad no generaliza.

Busca el camino de la metáfora para sugerir una realidad cambiante, fresca,  libre de verdades definitivas, ensancha los límites, deja espacio para lo incognoscible, y lo reconoce como la columna vertebral de lo existente.

El pensamiento mágico por principio no literaliza, cuando una cultura primitiva nombra su origen como descendientes del tigre o del oso, lo hace como una aproximación, que por analogía, nos habla de cómo se imagina a si misma esa cultura en el devenir de su historia. Esa forma de auto imaginarse crea una forma de pensamiento, en donde el equilibrio juega un papel determinante.

El hombre blanco, nuestra cultura (y lo digo así porque soy teiwari, no porque lo comparta) por inseguridad, pretende ser diferente a su entorno y genera la imperiosa compulsión civilizada de desterrar el salvajismo para acercarse  al progreso como metáfora de lo divino. Esta dialéctica situación ha producido una relación de competencia con el medio natural, destruido en gran medida por desconexión, por la ceguera analítica de una cultura cuya cosmovisión no admitió nunca la diversidad como riqueza. El análisis como lo ha entendido occidente, producto de su aislamiento mítico y cultural,  reduce, restringe  su mezquindad a cinco sentidos, lo incomprensible se literaliza en materia, en indigencia imaginativa, cualquier trasgresión a su límite se juzga como artículo de fe, como antigüedad irreflexiva no sujeta a discusión, por indemostrable.


El criterio de verdad, se reduce a todo lo que puede ser medido  con  limitados medios perceptivos y tecnología anexa. Este autismo conceptual solo profundiza la ignorancia, porque la dirección que toma la tecnología responde a una idea, a una forma de pensar en la realidad y de definirla.

El dilema entre estas dos formas de ver el mundo, entre estas dos culturas, es la que está en juego en el conflicto con la minera en la sierra de Catorce.

Por un lado los que siempre han estado para guardar el equilibrio con los sacrificios que históricamente ha significado esto para los wixárika, toda la sierra, no solo el Quemado, ha representado desde hace muchos milenios el lugar donde están  sus deidades, donde construyen sus metáforas vitales, donde se encuentran con los ancestros, que también vivieron para eso, para buscar el equilibrio, por eso el llanto del marakame, por la dificultad  de dialogar con una cultura que solo da valor a lo material,  ese llanto nos incluye a todos, nos equilibra en su universo mágico.

Para las fililales mexicanas de la First Majestic SIlver Corp,  Minera Real Bonanza, S.A. de C.V. y Minera Real de Catorce el equilibrio  se configura, por la cantidad de ceros que  hay junto a la cara de Washington  en un papel y por la muy demostrable premisa de multiplicar esos ceros que manifiesta la zona (se sospecha del uranio que se sabe que existe).....

 La propuesta demagógica de ceder El Quemado al pueblo wixárika (intención como concesión literal de atole con el dedo)  como si no fuera sagrada toda la sierra, algo inentendible para el miope pragmatismo de los que están acabando con el único sostén común a todos, la tierra.

Alguien me dijo alguna vez que los recursos económicos son como el agua, que fluyen a todos los espacios vacíos, que es natural,... podemos encontrar varias de estas voluptuosas cavidades, en el bolsillo de funcionarios de todo el mundo que permitieron la devastación irrecuperable de innumerables  zonas en todos los continentes. Desde hace mucho tiempo, en nuestra cultura “god is money”.

El pueblo wixárika con todo y sus contradicciones, socialmente han garantizado una forma de gobierno y de democracia que hace imposible que los intereses de ninguna minoría, sean más importantes que los del conjunto y mucho menos, cuando se trata de un valor espiritual.

Esa solidez moral y organizativa, es el dique frente a cualquier intento de sueño húmedo,  y están defendiendo su tierra, la de todos, eso es evolución, algo que nosotros ignoramos a pesar de nuestros  siempre renovados delirios de grandeza
El resultado, ahora si pragmático, del paso por la tierra de las dos culturas, está a la vista, basta con abrir un periódico de cualquier lugar del mundo

Vasco Ustarroz
Abril, 2011

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