Cuando las mujeres sueñan que es tiempo de preparar nawa, es decir cuando la niña maíz nos habla del brote tierno, viene la abuela y nos cuenta la leyenda con voz bajita, monótona, arrullo contundente. Así prepara las ollas mujeres, para que no se arrebaten, que se mantengan oscuras, suaves. Así le pide a las semillas de sol que se entreguen al misterio, que se tornen medicina.
Cuando los venados hablan de sus astas y de los retoños cervatillos, los hombres que cuidan a la familia como caparazón de toche, sueñan que es tiempo de soltar esa idea de autoridad, de pasar a otros la oportunidad de servir sin pretensiones.
Es tiempo de medicina.
Contar la leyenda es un arte que debe procurar que los retoños tengan de veras oportunidad.
En nuestra familia, el trato suave es la mejor nutrición, espíritus que nos llueven esperanza y fortaleza.
Eso somos. Un brote tierno en la oscuridad.
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