Masada y Sahuatoba continuamente cantan y visitan en su canto los rumbos y a los ancestros que en cada morada resplandecen, dibujando con su luz lo que en la tierra toma forma. Sus numerosos hijos e hijas, nietos, van conformando un pueblo. Cuando es tiempo de humanidad guerrera, son aconsejados por Masada y Sahuatoba: "aprendan de la guerra de los astros, de la guerra terrestre y nunca abandonen la guerra florida, su guerra personal, estén atentos a los anuncios para el cambio de tiempo".
Así la nación Tepehuana camina, siembra, agradece cada día la vida. Honra a los ancestros vivos en todo lo que se ve y lo que no se puede ver.
Así, cuando Hombre Rayo marca el tiempo de cambio, Masada se va al cielo para ser Mujer Estrella de la Tarde, ayudando a su suegra en el trabajo ceremonial. Mientras tanto Sahuatoba sigue acompañando a sus descendientes y mostrándoles el eterno deleite del presente.
Primera parte: http://venadomestizo.blogspot.mx/2014/04/nino-primera-parte.html
Segunda parte: http://venadomestizo.blogspot.mx/2014/04/nino-segunda-parte.html
(Tomado de "Leyendas Durangueñas", Segunda Edición, 1963, Eduardo Gámiz.)
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