El levanta su espada y va guiando a la noche para que pinte de todos los azules el firmamento. El tejido que envuelve su cintura brilla, ese es el rastro que nos deja. Podemos seguir su peregrinar.
Ella respira y despierta para reunir todas las percepciones impuras y revelar la claridad que estuvo contenida en la noche.
Cada uno pleno en su tarea, recorriendo las cortinas de la noche y el día.
Pero un día se miran a través de las redes intangibles, se reconocen y atraviesan las fronteras para vivir enamorados en la infinita sincronía.
Precioso romance de venados y precioso trabajo huichol!
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