No se debe confundir las razones legítimas de la lucha del
pueblo wixárika, esta es una lucha por la vida, por la lluvia, por cuidar el
Jardín Sagrado de donde depende su identidad como pueblo, su tejido social, su
salud, su cosecha, su existencia como pueblo y como humanidad, va mas allá de
las opciones del lenguaje oficial, más allá de todo concepto occidentalizado de
conservación, es por garantizar la vida para el mundo y seguir existiendo como
pueblo.
Las autoridades del pueblo wixárika han manifestado en
diferentes Foros, en documentos entregados ante distintas instancias del
gobierno federal y en documentos enviados a los habitantes campesinos de las
tierras sagradas de Wirikuta que su lucha es por cuidar este lugar a donde
desde tiempos inmemoriales peregrinan recreando los pasos de los mas primeros
que nacieron la vida, explicando que, al igual que los ejidatarios de Wirikuta,
el pueblo wixárika desea que se cuiden y preserven las fuentes de agua, que la
gente de ahí viva bien, con trabajos dignos, con una calidad de vida digna, que
no pretenden invadir o despojar las tierras que les pertenecen a quienes ahí
habitan, que es falsa la información que han dado por todos lados los
funcionarios de minera Real Bonanza, la presidencia municipal de Catorce y
otras instancias de gobierno acerca de que los “huicholes” pretenden quitar la
tierra a los habitantes de Wirikuta.
El pasado 20 de diciembre las autoridades del pueblo
Wixárika, recorrieron diversas localidades de Wirikuta encontrándose con los
campesinos habitantes del lugar sagrado, entablaron un diálogo honesto,
honrando la relación histórica de armonía que han construido y que en fechas
recientes la ambición neoliberal por los minerales pretendió descomponer a
través de su ingeniería del conflicto.
Ambos
pueblos se encontraron en lo profundo y ambos encontraron en el otro un apoyo,
una fortaleza, un compañero. En las palabras de un ejidatario de
Wirikuta se escuchó decir: “miren hermanos huicholes, sabemos cómo nació esto,
fue una campaña de la mina con sus empleados los presidentes municipales, que
nos quisieron engañar diciendo que ustedes nos quitarían nuestras tierras,
pensando que no sabemos que tenemos nuestros títulos que protege nuestro
derecho sobre la tierra… a nosotros no nos hacen tontos, sabemos que lo que
quiere la minera es que nos peliemos con los huicholes para quedarnos solos y
ahora si nos vengan a chingar con el agua, pero no va a ser así… hay que ir juntos”.
En Wirikuta hay mineralización de oro, plata, antimonio,
zinc, plomo entre otros metales de importancia económica, formaciones minerales
consolidadas por acción de agua termal de origen volcánico entre las
fallas y fracturas geológicas. Este recurso ya ha sido explotado en el pasado y
por tanto los yacimientos de mayor importancia hoy en día se encuentran en
profundidades mayores, donde anteriormente era imposible explotar debido a la
ausencia de la tecnología con la que cuenta ahora la mega-minería.
La profundidad en la que ahora se encuentran los minerales
está en su mayoría en constante interacción con los principales niveles de las
aguas subterráneas de la Sierra de Catorce, afectando el acuífero desde San
Juan de Matanzas hasta San Juan de Vanegas.
La minería actual puede trabajar en estas condiciones
bombeando el agua subterránea hasta las superficies o bien mandando a niveles
más profundos el agua a través perforaciones o tiros nuevos, poniéndose en
riesgo los principales manantiales que abastecen a poblaciones completas, el
riesgo comprobado está en los manantiales de San Juan de Matanzas, “El Chicle”
de Los Catorce, el manantial de Mastranto (Mazauhata), el manantial de Ojo de
Agua y la Cañada, y los niveles freáticos de todo la zona del bajío afectando
con esto a miles de personas en el abasto de agua de consumo humano, de riego y
de uso doméstico así como los ecosistemas que en su totalidad.
Wirikuta se encuentra sobre tres acuíferos de acuerdo a la
clasificación de Comisión Nacional del Agua (2012): acuífero 2401
Vanegas-Catorce, acuífero 2407 Cedral-Matehuala y acuífero Matehuala-Huizache
2413, presentando en todos los casos una sobreexplotación que va de los 1.4 a
los 2.9 millones de m3/año y que por tanto no hay disponibilidad de aguas subterráneas
para soportar nuevas actividades que extraigan o modifiquen los recurso
hídricos subterráneos, por el contrario, actualmente se está extrayendo
agua a costa del almacenamiento no renovable del acuífero.
Por otra parte están demostrados en Wirikuta los efectos
negativos ambientales y en la salud que ha provocado la acumulación y
exposición de residuos mineros depositados en presas de Jales, mismos que han
sido la fuente de contaminación de plomo, arsénico y antimonio los cuales se
han dispersado a grandes distancias provocando una contaminación acumulativa y
persistente en prácticamente toda la cadena alimenticia de al menos 15
kilómetros aguas debajo de las presas de San José de Coronados y Potrero, ambos
en el municipio de Catorce, generando con ellos enfermedades del ganado y de
las personas, incluso la contaminación de plantas, entre ellas el peyote, de
igual manera en especies como nopales, maíz, tunas, candelilla, pastos, y
otros, incluso en especies de fauna silvestre como el águila Real, el
pitacoches, la lechuza y la liebre.
A pesar de los comprobados impactos ambientales, sociales y
culturales sobre las tierras sagradas de Wirikuta actualmente existen proyectos
mineros trabajando con completa impunidad, tal es el caso de la explotación
minera hecha mediante un Tajo a Cielo Abierto cuyas medidas aproximadas
son de 60 metros de diámetro por 30 de profundidad, ubicado a 15 metros de la
carretera que va de Catorce hacia Tanque de Dolores y hacia el Tecolote, a un
kilómetro y medio de Estación Catorce. La explotación minera está en el límite
norte de la Reserva Estatal de Wirikuta, dentro de un de una Zona de
Amortiguamiento de Aprovechamiento Sustentable de Agro-ecosistemas, donde no se
permite ninguna actividad minero metalúrgica, violándose así lo establecido en
el plan de Manejo.
Dicha explotación se encuentra integramente dentro del Lote
Minero “Ampliación Universo”, con número de Expediente 28448 cuyo titular es
Minera Golondrina S. de RL de CV, perteneciente a la trasnacional canadiense
Revolution Resources, misma que no cuenta con ninguna autorización en Materia
de Impacto Ambiental, sumado esto a los trabajos ilegales de exploración que
realiza la misma empresa en la presa de Santa Gertrudis, municipio de Charcas,
SLP.
Este 27 de Diciembre, con todo descaro y cinismo, el titular
de la Dirección de Desarrollo Minero, José Antonio Nieto González declara en un
diario “Luego que ha pasado el miedo a los grupos ambientalistas, al menos un
par de empresas mineras confirmaron inversiones importantes en Real de
Catorce, una de ellas es US Antimony, que operará cerca de Wadley, y la
First Majestic, que invertirá aproximadamente 130 millones de dólares”, solo
hay que señalar que estos “ambientalistas” a los que se refiere Nieto, en
realidad son los científicos de más renombre en México en las áreas
hidrogeología, botánica, geología, fauna entre otras, estamos hablando de
científicos de la altura del doctor J. Rzedowski, el doctor Victor M. Toledo,
el doctor Enrique Jardel, el doctor Eduardo Santana, el doctor Luis Marín, el
doctor Alexandre Ribó entre muchos otros que hoy en día documentan los impactos
ambientales de las actividades mineras en Wirikuta, y a ellos no se les ha
pasado el miedo, todo lo contario, han manifestado su preocupación sobre el
riesgo que enfrenta Wirikuta, un lugar esencial para la estabilidad climática
de gran parte del territorio mexicano, que alberga al 80% de la diversidad de
aves de todo el desierto Chihuahuense, al 60% de sus mamíferos y al 50% de su
flora, además de ser la sierra de Catorce la zona de recarga hidrológica de una
superficie muy importante.
Lo que es claro y así debe entenderse es que el pueblo
Wixárika y el Frente en Defensa de Wirikuta tiene claro su camino de lucha social,
política, legal y sobre todo espiritual para cuidar de este lugar sagrado y en
el mismo nivel luchar por la mejora de calidad de vida de los habitantes
ejidatarios, descendientes también de indígenas huachichiles chichimecas que
desde tiempos ancestrales comparten el territorio matriz de vida, matriz de
cultura, de identidad, de lluvia y de orgullo para todos los mexicanos.
Tunuary y Cristian Chávez
La Jornada de Jalisco
28 de diciembre del 2012
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