"Los lugares sagrados son el ambiente para el contacto con los ancestros y las conexiones con el mundo sobrenatural de la vida eterna con las divinidades."
¿Cuántas veces vamos a tener que explicar
que el Cerro Quemado NO es Wirikuta?
El Cerro Quemado está en Wirikuta, que no es lo mismo
que reducir Wirikuta a un Cerro.
Este es el discurso incansable que ha utilizado
la Minera First Majestic Silver Corp y su filial mexicana Real Bonanza para
decir que la minería no afectará el territorio sagrado del pueblo wixárika
(huichol). Inclusive tuvieron el cinismo, en mayo del 2012, de ceder un lote minero de 761 has, con el
auspicio de la Secretaría de Economía, la CDI y otras instancias federales, para
sostener este argumento. Tiempo atrás, desde enero del 2011, la First Majestic Silver Corp. había ofrecido la
donación de este lote al pueblo wixárika, y este no aceptó bajo los argumentos que Wirikuta no es sólo el Cerro Quemado,
sino que lo constituye por lo menos 140,212 has en su integridad.
El Cerro Quemado, para los wixaritari, es donde nace el Sol y se
ubica en Wirikuta. Es en este cerro que culminan las peregrinaciones de
los centros ceremoniales de todas las comunidades wixaritari cuando viajan a
Wirikuta a comunicarse con los ancestros y a recolectar jikuri (peyote). Aquí
es donde encuentran sus fundamentos como pueblo y las esencias divinas conviven
y recrean la leyenda. Reunar es uno de los altares en Wirikuta. Todo Wirikuta (sierra y bajío) y lo
que habita allí es sagrado para el pueblo wixárika.
Wirikuta es uno de los territorios sagrados naturales más importantes
del pueblo indígena Wixárika (huichol), y del mundo.
Wirikuta es
un territorio sagrado indivisible y continuo. Allí todo es sagrado: cada
planta, cada animal, cada manantial, cada cerro, dentro de las 140,000
hectáreas que conforman la Reserva.
Wirikuta
posee un ecosistema único en el mundo: un jardín, casi una jungla, de cactáceas
frágiles y bellas, que no existen en otra parte. Muchas de sus especies,
incluido el jikuri (peyote), están en peligro de extinción.
La mayor parte de las cactáceas de
Wirikuta figuran en la Norma Oficial Mexicana de Plantas Amenazadas y en
Peligro de Extinción. Una gran proporción de su flora y fauna es endémica, es
decir que se da solamente allí. En Wirikuta se encuentra también el Águila
Real, símbolo de nuestro país, y que encabeza la lista del programa nacional de
conservación de especies prioritarias.
Wirikuta es
el fundamento material y cultural sobre el que se basa la identidad del pueblo
wixárika (huichol). La destrucción de Wirikuta implicaría la destrucción del
pueblo wixárika como tal, y la pérdida para la Humanidad de un centro de
aprendizaje y experiencia espiritual importantísimo y vivo.
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