martes, 25 de septiembre de 2012

Tierra de la sabiduría Wixárika


Fragmentos
“Hay costumbres que duelen, 
otras que se gozan, 
pero todas fortalecen y 
alimentan el espíritu de quienes las portan"


Tutupika Carrillo de la Cruz
Profesor de la Lic. En Lingüística Aplicada
de la Universidad Autónoma de Nayarit

Mis padres y abuelos platicaban mucho de Wirikuta, decían que era un lugar muy especial, donde la gente se encontraba con los antepasados y consigo misma, que para poder ir tenían que hacer muchos sacrificios, abstenerse de muchos deseos carnales, como ayunos, no comer sal, carne, abstenerse de  dormir con su pareja, entre otras cosas más. También nos contaban las  anécdotas de sus peregrinaciones, sus travesías y todas las cosas buenas y  malas que pasaban durante el camino. Para nosotros, esos relatos resultaban  ser como una aventura que tarde o temprano tendríamos  que  hacer, y que  ocurriría cuando estuviéramos lo suficientemente preparados para enfrentar las  pruebas y sacrificios físicos y espirituales que se requieren. Nos decían que  “una vez que vas a Wirikuta ya no regresas igual, te conviertes en otro, con  más fuerza y capacidad para ver y entender cosas que otras personas no  pueden entender”. Todo esto nos emocionaba mucho y, aunque físicamente no  conocíamos el lugar, nos lo imaginábamos, pero  sobre todo, nos dábamos  cuenta que lejos de nuestras tierras existía un lugar mágico que nos esperaba  para revelarnos nuevos conocimientos y los misterios de la vida.

También se cuenta que en el  pasado, cuando aun vivían  seres divinos en forma de  animales, ocurrió una rebelión  contra el venado,  Tamatsí  ka’uyumarie, nuestro hermano  mayor, él era quien traía el  conocimiento y la sabiduría,  pero fue perseguido y huyó por  el desierto a buscar refugio,  luego, viéndose sin  escapatoria, dejó esa sabiduría  encarnada en sus huellas que  después brotaron en forma de  flor, el peyote sagrado, para  que sus hermanos y  descendientes pudieran conocer de la vida y del mundo a través de esta flor  misteriosa. De este modo, toda aquella persona que se encuentre con el deseo  de conocer más del mundo, de entender la razón de las cosas, comprender el  presente, o el que esté en busca de encontrarse con su pasado y futuro, tendrá  que hacer el viaje al lugar donde el hermano mayor, el venado, sembró la  sabiduría, y deberá realizar aquella cacería mítica en busca del venado azul, allá en el lejano Real de Catorce, en Wirikuta.
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