El venado ha soltado todas las espinas porque no entiende de defender nada, sino de entrega, no pide nada, se entrega, no se le ocurre ni por un instante que el silbido de la flecha o el arco o el corazón hambriento que lo mira anhelante estén separados de él.
El venado, libre, en la muerte se libera una y otra vez.
Y de libertad nos alimenta.
palabras que nos libertan...
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