Wixárika
es una metáfora, son flores de pura raza con un perfume muy antiguo, por eso su
vestimenta...”para que los dioses los vean”, son la cabeza de un gran venado
que salió del mar y coloreo con sus cuernos el primer amanecer. En su
milenario paso por el mundo, jamás han estado en guerra, saben desde cuando de
la medicina de la palabra, su corazón de pájaro peregrino, los convierte
en cuidanderos de yurianaka, la
tierra, a la que le rezan con actos, y jamás olvidan.
Su
entorno, que habitan hace milenios, esta increíblemente conservado, parece como
si recién llegaran, es el altar en el que ofrendan su vida a diario. No se
equivocan por mucho tiempo, no han cambiado demasiado, es cierto, quizá porque
encontraron algo tan verdadero que no necesitaron seguir buscando.
El
suyo no es un mundo idílico, conviven todos los arquetipos humanos como en
todos lados, pero conocedores como son de la naturaleza, de la faceta
egoísta que anida en cada hombre, han procurado una forma de organización
social que garantiza la imposibilidad de que nadie priorice sobre la necesidad
del conjunto.
Las
hogueras brillan como metáforas celestes, en la vía láctea de Santa
Catarina, en cada una de ellas los hombres fuman macuche envuelto en maíz y las
mujeres echan elotes al fuego, que por ventura y respeto, siempre come primero. Se
caldean los ánimos, amparados en el secreto de su natural wixárika….se discuten
las posturas de la asamblea que terminó ya, su primer día.
Las
autoridades tradicionales (espirituales) trashuman de los sueños de los maráakates,
y ya fueron presentadas con el beneplácito de tatewari, el abuelo fuego, las autoridades agrarias se eligen
por voto directo y en eso revolotean las palabras.
Al
día siguiente despuntando el sol, son elegidas rápidamente y se hace la
sustitución de mandos. Don Nicho, marakame del Consejo de Ancianos, los bendice
con sus plumas y colas de venado, les habla del compromiso en esta época,
llora copiosamente, la tierra entera está en crisis y ellos lo saben, hasta el último
niño lo sabe, nadie necesita interpretaciones, lo sienten.
Se
me ocurre pensar, que en este México sagrado, tan lastimado por los que
vociferan himnos y celebraciones vacías de contenido y se venden al primer
postor, en donde la venerada tierra de nuestros antepasados es ofrecida a
compañías mineras que la envenenan irreversiblemente sin ningún beneficio para
el país, porque la ley minera es una vergüenza consumada por la corrupción
ancestral de los que fabrican las leyes y se amparan en títulos e instituciones
que supuestamente nos representan, son necesarias reformas con los mismos rótulos
de las que viene anticipando el gobierno, pero quizá con muy diferente
contenido.
Si
alguna reforma impositiva es necesaria en esta tierra, es que se paguen
impuestos en forma directamente proporcional al porcentaje de aceptación del
gobierno, determinado por encuestas de opinión con contraloría popular, es
decir que paguen los que acuerden con los actos de gobierno, única forma de
garantizar que el gobierno haga lo que la mayoría quiere, eso es representar.
Si
alguna reforma energética nos viene urgiendo, es el dejar de sembrar ilusiones
en una forma de gobierno que desde hace mucho no nos representa.
Y
si alguna reforma educativa nos viene mordiendo los talones, es que a nuestros
gobernantes los eduque el pueblo wixárika, pero eso si para no errarle que
empiecen desde el kínder.
Pocho Vergara
Octubre 2013, desde la sierra Huichola
En la palabra clara está viva la percepción honesta, gracias, me encanta este testimonio.
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