Transnacionales mineras canadienses en América Latina: Presencia de cuidado
Cerro de San Pedro |
Canadá,
líder mundial del sector minero y con una fuerte presencia en Latinoamérica,
pretende seguir expandiéndose en el continente, pese al amplio rechazo de
organizaciones ambientalistas, académicos y comunidades originarias. Al decir
del primer ministro de ese norteño país, Stephen Harper, "viendo hacia el
futuro, vemos la industria minera canadiense creciendo en las Américas, algo
que será beneficioso para la prosperidad mutua y será prioridad de nuestro
gobierno".
Pese a las denuncias y protestas contra esas empresas en la
región, aseguró durante la Cumbre de las Américas en Cartagena de Indias,
Colombia, que es una prioridad para su gobierno aumentar y fortalecer la
participación de compañías mineras canadienses en el continente. "En el
futuro próximo vemos una mayor inversión canadiense en recursos naturales en
las Américas; esto es algo que será bueno para nuestra prosperidad y es una
prioridad de nuestro gobierno... Hemos encontrado la manera de convertir los
activos minerales en un cimiento sostenible para el desarrollo equitativo, y
estamos dispuestos en cooperar como socios estratégicos con los países de las
Américas", afirmó Harper en la cita continental.
Según diversas fuentes, más del 80 por ciento de las compañías
inversorasen el sector de la minería metálica en este continente son de
Canadá.Estas empresas, muchas transnacionales, se asentaron en los últimos 20
años, cuando gobiernos neoliberales de la región le dieron entrada libre a la
inversión extranjera en medio de procesos privatizadores. El geólogo de la
Universidad de Costa Rica y especialista en evaluación ambiental Allan Astorga
considera que muchas de esas compañías salieron de su país en busca de recursos
sin explotar, pero en particular a causa del endurecimiento de las normas que
rigen la actividad minera en Canadá.
Después de dos décadas de explotación, la supuesta prosperidad
económica que traerían las mineras canadienses a los países implicados y, en
particular a las comunidades donde se fueron asentando, dista mucho de lo
esperado, según denuncias, contaminación, destrucción de bosques, saqueo de
minerales, pocas ganancias y más pobreza forman parte de la herencia que dejan
estas compañías.
El historiador y ecologista canadiense Daviken Studnicki-Gizbert,
profesor de la Universidad McGill, en Montreal, asegura que "las
crecientes actividades mineras de Canadá se han convertido en una amenaza
ambiental en Latinoamérica. Existen más de mil 500 empresas mineras
canadienses, que operan en todo el continente, a tal punto que la minería ha
pasado a ser el enlace más importante entre Canadá y la región".
Studnicki-Gizbert ha advertido acerca de los conflictos
generados por la extracción de mineral a cielo abierto y el uso de territorios
por las multinacionales, en particular, por los 1.246 proyectos mineros
canadienses activos en Latinoamérica.Las explotadoras también mantienen un
ritmo gradual ascendente. Los impactos socioeconómicos, sanitarios y
ambientales de gran envergadura que provoca esta industria, a lo que se añade
la salida de las riquezas, son las principales causas del rechazo popular..
McGill señala que hace 20 años había una docena de proyectos
canadienses en Latinoamérica, pero en la década de 1990 la crisis de la deuda
obligó a los países a reactivar la minería y hoy existen 1.246 proyectos
canadienses activos en la región, los cuales parecían ser la esperanza para
muchas comunidades. Por el contrario, además de ser altamente peligrosos, la
mayoría de los puestos de trabajo creados son efímeros, pues duran mientras el
mineral no se agote o dependen de los vaivenes del mercado.
Decenas de poblados en el continente, donde estuvo asentado
alguno de esos proyectos, permanecen en la pobreza extrema y con potenciales
riesgos para la salud de sus habitantes por los altos niveles de contaminación,
debido al mal manejo de químicos utilizados en esta actividad.
El Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina
contabiliza al menos 162 conflictos mineros por explotación de oro en toda la
región. En la última década, el precio del metal áureo pasó de 270 dólares a
entre 1.600 y 1.800 dólares la onza. Para extraer cada gramo de oro se
requieren dos o tres de mercurio, que es vertido a los ríos en los lavaderos. Y
las comunidades conocen bien sus consecuencias. En este filón de riquezas, las
personas más pobres son las más explotadas, en particular los niños, tanto
laboral como sexualmente, de acuerdo con la organización no gubernamental Save
The Children.
Las mineras Osisko Minning Corp, Goldcorp, Barrick Gold, Fortuna
Silver Inc, First Majestic Silver, son sólo algunas de las envueltas en
conflictos.
Odalys Troya Flores
Jefa de la Redacción América del Sur de Prensa Latina.
http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2012070502
6 de julio del 2012
http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2012070502
6 de julio del 2012
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