El marido sigue sin entender nada de la vida, excepto que está muy enojado. Cree que su mujer es un demonio, y decide apuntar su arco hacia ella y le da muerte, luego lleva el cuerpo al arroyo para que su amante la encuentre.
Entonces el agua se divide en dos partes, blanca y azul y ya pudieron volver a beber.El hijito de la mujer y el hombre serpiente crece hasta hacerse un joven hermoso, un brujo fuerte. Con hermosa lengua bífida.El Sol le encargó al marido que lo cuidara y que a su descendencia se le diera la oportunidad de servir cuando se necesitara lluvia, ya que por su naturaleza los hombres serpiente son curanderos y cantadores del agua, y ellos nos han heredado la manera de decorar con serpientes las ofrendas para pedir el agua.El hombre serpiente y la mujer manantial están siempre unidos haciendo el amor constantemente en el cielo, en los ríos subterráneos, en ríos y mares, y hasta en nuestras venas, inyectándole vida a esta tierra que tiene su tiempo de fuego y su tiempo de agua.
Cuando agredimos a una fuente de agua nos arriesgamos a que la sangre de nuestra familia se enferme... si es que antes no morimos de sed.No nos olvidemos de alimentar al agua, de mantener los ojos limpios y de asegurarnos que sus árboles, los que abren la piedra, los que rezan la lluvia, estén sanos y atendidos.
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El amante del manantial - (primera parte)
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