Un hombre se da cuenta de que ha llegado el momento de partir, cierra los ojos y respira, recuerda que su largo cabello trenzado representa la fuerza de su sangre, su linaje.
Atento va atravesando los paisajes. Cuando llega a la casa de los ancestros se da cuenta de que al fin ha desaparecido la molestia que tenía en la garganta. Se siente bien ser abrazado por los ancestros. Es el momento de hablar. Ofrenda con gusto la preocupación que ocupaba su mente antes de emprender el viaje: ¿El mensaje que quise entregar con la palabra fue comprendido por mis hermanos? Hay un momento en que se siente una necesidad apremiante de reunirnos, pero los hermanos mayores nos enseñaron a vivir cada familia en su región ¿Cómo se hace para reunir todos los rezos?
Los abuelos y abuelas van narrando una parte de la leyenda:
"Hijo de nuestro corazón, hay seres que tienen que vivir un rezo, en múltiplos de nueve vueltas alrededor del padre sol. Para eso se reúnen algunas estrellas y con el polvo luminoso de su canto le dan forma y energía al cuerpo que habitan esos seres. En tu caso, vas sembrando la palabra de la luz. Pero tienes que saborear la duda, la locura, la incertidumbre, como todas las semillas. Eso es lo que te ha provocado un malestar en la garganta. Ahora que has soltado las expectativas esa sensación de ahogo se ha ido, y esperamos que en nuestro abrazo te llenes tú y a tus descendientes de confianza."El hombre, nuestro amado tío, les pide que sigan su relato. Su rostro ahora parece dibujado con cuentas de luz."Cuando los pueblos sienten la necesidad de luz y calor se reúnen en una montaña a esperar el amanecer, o en una cueva, aún cuando la naturaleza de su tótem les haga sentir inquietos en la presencia de las otras partes de la familia, aprenden a aguantar la energía y se ponen de acuerdo en el rezo. Desde hace mucho tiempo, los abuelos sabios de los pueblos saben hablar entre ellos con la mente, saben verse en otros rostros, en el canto caminan largas distancias hasta coincidir en el desierto, donde está abierta una enorme jícara en la tierra, marcada para honrar los cuatro puntos cardinales y el centro. Ahí, representando la parte de la familia universal que corresponde a cada uno, descienden con humildad a hablar, con la tierra, los ancestros, las estrellas, los elementos, con ellos mismos. En un día como hoy, cuando amanece muy angustiada la familia, muy alterada la mente, es momento de reunirse para levantar los pilares de la claridad"
Guardan silencio por un rato. En el fuego se dibujan rostros. Los hombres y mujeres ofrendan aromas que llegan hasta esta reunión. Savia sangre que nos mantiene en contacto con los ancestros, y a ellos vivos en nosotros.
Vivir bajo el principio de la expectativa, es caminar la vereda del autoengaño.
ResponderBorrarGracias a quien compartió este abrazo de l@s abuelit@s!
Muy bonito!
pues esperando en ese punto de la montaña a que amanezca y nos enlacemos en un mismo rezo, una vez que se pasó por la locura, la impaciencia y las espectativas... que valga el intento de levantar esos pilares de oro-luz y plata-sustento... para compartir... pa´qué más... un abrazo
ResponderBorrar